Misión Rango S: Aniquilar grupo de Anbus

Leí en el tablo una misión que cató mi atención, un grupo de Anbus taba aniquilado a familias enteras, aldeanos inocentes sin razón alguna. Así que la cojí sin dudar, lo único que noté extraño, era necesitar un compañero para ella.
De todas maneras, me daba absolutamente igual, que alguien me acompañara o no, el trabajo seria el mismo.
Me acerqué hasta la ubicación de donde me dijeron que se encontraba el otro ninja, caminando por toda la aldea hasta la entrada.
Donde se ponia que me esperaria allí.

- Espero que esta misión no suponga problemas, me da mal rollo esto de matar a anbus que matan familias.

Suspiré mientras caminaba lentamente, con algo de pereza hasta la entrada.
Al parecer ya iva llegando y veia a lo lejos alguien, parecia no ser un Jounin siquiera, seria extraño que me encargaran una misión con alguien de Rango mayor o incluso menor, de todas formas, tendria que protegerlo si los Anbus intentaran matarlo.
Pero pensé que no seria un problema, ya que el sabria defenderse solo.
Antes de llegar a lo lejos, solté un soplo de aire.

- ¡Hey!

Dije suspirando a lo lejos antes de llegar, sin ver aún el rostro de aquella persona.

Me preparé para salir. El día pintaba a ser motónomo, igual que el anterior y el anterior. Simplemente me dedicaba a coger una misión B ya casi habitualmente que me resultaba interesante y porqué no decirlo, con algo de dificultad. Eché un último vistazo por si me faltaba algo. Al parecer no. Dejé escapar un suspiro corto.
Salí de casa y llegue a donde siempre: el tablón de misiones. Empecé a mirar las misiones, de B, como siempre.

- ¿Pero por qué no echar el ojo a una de A o S?

Me dije para mí mismo a su vez que me fijaba en las S que resaltó en mis ojos. Era una misión conjunta, no importaba el rango ni la edad, ni siquiera la experiencia. Sólamente dos Shinobis. Sonreí alegremente, cogiendo la misión y guardándomela en el bolsillo. ¿Quién sería el otro shinobi? Mientras no fuera mi...hermano, todo estaría bien.

El punto de encuentro era en una de las calles mas desoladas de Amegakure. Partí para allí.
Pude notar una sombra que se iba aclarando a la vez que me acercaba, ese cuerpo, ese pelo...

Era el. Seguí caminando hacia mi hermano, sin embargo, me quedé bastante alejado de el, como en chance.

Miré hacia el fijamente y sentí una brisa un tanto familiar. No podia ser otro que él. La persona que menos esperaba en este momento y aún así en una misión de alto riesgo, donde podria morir o ocasionar daños graves.
Me acerqué hasta él haciendo un simple -poké- sobre su frente y frotando su cabeza alocadamente con mi mano.

- No deberias de estar aquí mocoso entrometido.

Dije suspirando con cara de rabia mientras agitaba su pelo.

- Esta misión es algo arriesgada, pero veo que no me queda otra.

Me aparté de él, soltando mi mano de su pelo y miré hacia la entrada de Amegakure.
Pensando ciertamente que deberiamos irnos.

Los gestos que hacía su hermano, no eran de hermano. Apreté los puños fuertemente, clavándome las uñas en mis manos derramando sangre lentamente hasta el suelo. Bajé la cabeza, mi pelo cubría todo mi rostro, al igual que mi ser.

- ¡¿Tú eres un hermano, eh?! ¡TÚ NO ERES NADA! ¡Un hermano de verdad no habría matado y masacrado a toda su familia, incluso a sus propios padres que le cuidaron toda su vida y siempre lo harían! ¡Eres despreciable, no eres digno de ser mi hermano! ¿¡Sabes qué hice cuando me enteré, eh?! ¡Seguí solo, yo sólo, sin alguien a quien admirar! ¡Lo peor era que todos se burlaban de mí, de que yo te admiraba, que te quería como nadie, que yo quería que tu me enseñaras todo! -

dije con bastante furia.

- ¡Te enseñaré algo que me hizo desarrollar el odio! ¡Mi propia soledad! ¡Por tú culpa, he acabado como alguien despreciable, sólo con una meta en la vida! ¡Te odio, te aborrezco, hermano!

Mi chakra explotó en un aura oscura procedente del Meiton que inundó durante unos segundos toda la zona.
Poco a poco se fue disipando ese aura y caí desmayado.

Sintió las palabras de su hermano con odio y furia, unas palabras que jamás habia sentido cayendo sobre él. Pero nunca podria contarle la verdad de lo sucedido, todo era demasiado dificil para que lo supiera. Aguanté mis palabras y apreté mis puños, sosteniendo mi mirada sobre él.

- Deberias de tranquilizarte, tampoco es para tanto.

Dije mientras el seguia hablando y casi gritando con gran intensidad.
Noté como su cuerpo en ese mismo instante se relentizó y comenzó a caer en el suelo, tras aver soltado aquella aura oscura. Me apoyé rápidamente sobre él, acercando mi pierna y cayendo encima de mis brazos desmayado.

- Eres un estúpido.. pareces que eres tan patoso como siempre.

Cargué con él en mis hombros, colocandolo con cuidado sobre mi espalda.
Caminando y dirigiendome hacia la montaña de Amegakure, para encontrar las pistas de la misión. Miré hacia mi espalda varias veces, para ver si se encontraba bien, pero aún parecia no reaccionar.

- Sigues siendo tan pequeño y patoso como siempre ¿eh? No has cambiado nada..

Suspiré mientras caminaba en voz baja hacia la cima.

Me sentí en una profunda oscuridad, donde nada era luminoso ni emitía algo de luz. Parecía como si la oscuridad reinara en el fondo de mi corazón y alma. En parte, era verdad.
Todo comenzó aquel día, un día como cualquiera, se convirtió en el peor de todos mis días. Mi vida empezó a raíz de ese día, no cuando nací. Para mí, ese día abrí los ojos: unos ojos que les consumían el odio a través del dolor y la desesperación.

- Eres un estúpido...

resonó en mi cabeza. La voz era borrosa, pero la oscuridad que veía se fue transformando leve y lentamente a algo brillante y luminoso. En el fondo de mi ser, sonreí como nunca sin una razón aparente.

- No has cambiado nada...

penetró mis sienes de nuevo. Quien fuese esa voz, aunque fuese una imaginación, era verdad. El odio me consumía, pero era lo único que podía hacer, al menos por ahora. Hasta que vea por fin la luz cegar mis ojos...

Desperté de mi desmayo, pero aún confundido por las voces.

- Hermanoo..es pronto aún, no quiero ir a la escuelaaa...déjame estar así un poco más. Sólo un poco...

Mis brazos agarraron firmemente el cuello de mi hermano y me quedé así. En realidad, se sentía bien, después de tanto tiempo...

- Aunque sea una ilusión...déjame así...

Murmurré débilmente por última vez.

Sonreí al sentir las palabras de mi hermano menor. Pero al mismo tiempo no pude contenerme, sentia varias presencias observandonos desde que entramos en la cima. Al seguir el camino, sujeté con fuerza contra mi a mi hermano, a mi espalda. Sin soltarlo justo como el queria. Pero repentinamente pisé una especie de hilo blanco transparente, parecia que habian colocado trampas de Chakra indetectables al ojo humano.

- ¡Mierda..!

Dije rápidamente apartandome de la trampa.
Varios Kunais y Shuriken comenzaron a saltar en mi dirección, apenas podia moverme por la carga de tenerlo en mi espalda, así que esquivé los que pude sin despertarlo por completo, llegando algunos a herir mi pierna, clavandose en ella sangrando.
Suspiré aliviado de que el estaba a salvo, aunque sus ojos aún no acababan de abrirse, estaba tranquilo por él, hasta el momento que senti una extraña vibración de chakra.

Anbu: Vaya vaya, dos mocosos metiendose donde no deben, os estais equivocando de camino.
Anbu2: Esta área es privada, largaros sino quereis morir.
Lider Anbu: Parad los 2. Si han llegado hasta aquí, deben morir, no os contengais, solo son dos peones más en este absurdo encuentro, acabad con ellos.

- Lo suponia.. habrá problemas..

Suspiré mientras sentia dolorida mi pierna, aún no habia sacado el shuriken clavado de ella.

Me desperté al oír de nuevo la voz.

- habrá problemas..

Sin embargo, sentí la presencia de varios ninjas. Alrededor de unos cuatro. Tenía que hacer algo, aunque le odiase...
Inconsientemente, había ido recolectando chakra por el camino. ¿Acaso el Meiton actúa por sí solo..? nunca había hecho nada así. Inqué mi dedo índice en el cuello de mi hermano, transpasándole bastante chakra, a la par que iba recogiendo chakra de los rivales y sabía qué naturalezas tenían. Me bajé cuidadosamente de la espalda y me puse al lado de el.

Mi sorpresa fue al verle la pierna sangrando. Él es bastante rápido...

- ¿Por qué te dejaste dar, hermano...?

Dije con un hilo de voz seca y corta a la vez que activaba mi Shikigan y miraba a los Anbus. Cogí la mano de mi hermano y le hice saber, por el chakra, qué naturalezas tenían:


Anbu1: Jaja, el mocoso ha despertado...


Tenía Doton, Raiton y Koton.


Anbu2: Son patéticos...son hermanos incluso.


No tiene, parece el más débil, su energía no transmite fuerza alguna.


Anbu3: Cobraremos un buen pastón, seguro que al Otokage le encantan estos premios.


Raiton, Ranton y Suiton.


Líder Anbu: Además...ese dojutsu del mocoso, me resulta bastante familiar.


Posee las cinco naturalezas elementales.

Una vez transpasada dicha información, corte el "emisor" del chakra. Dos de los Anbus tiraban algunos shurikens y kunais a mí, los cuales esquivé con fácilidad. Pero uno tenía un efecto algo extraño.
Iba directo a por mi hermano. Mi cuerpo reaccionó solo y se puso en medio, clavándomelo en el brazo izquierdo, cerca del hombro.

Al notar como se bajaba de mi espalda y ponerse a mi lado, me sentí que habia echo algo bien por una vez, protegerlo y que el estubiera bien.
Sentí su voz seca y distante al preguntarme el por qué de mi pierna, pero no encontré respuesta, simplemente le miré y sonreí.

- Es una herida sin más, simplemente queria volver a sentir el dolor..

Dije mirandolo mientras sonreia falsamente.
Al colocar su mano sobre la mia sentí los Chakra de los Anbus y sonreí extrañado, habia mejorado bastante en su uso de técnicas y más aún en todos sus elementos. Él era el único capaz de usar Meiton y un elemento heredado por mi mismo.. Ranton.

- Esto es un simple juego, ¡Apartate hacia atras Trick! ¡Fuumetsu Shikigan!

Activé el Shikigan en su última fase, él nunca habia visto estos ojos y esperaba que no se diera cuenta de ellos. Los Anbus comenzaron a reir, dirigiendose a gran velocidad hacia nosotros, mientras yo aparté a mi hermano de adelante de mi, al ver su brazo ensangrentado.

- ¡Yomi no kuni..!

El aire alrededor de Over cambió por completo, convirtiendo el aire en denso y oscuro.
Su ojo miró rápidamente hacia 2 de los Anbus, haciendolos desaparecer en la nada.
Cerré el ojo rápidamente, suspirando mientras jadeaba.

- Ahora ya solo quedan dos..

Dije mientras miraba al Lider Anbu y a uno de ellos.

Yomi no..¿Kuni? ¿Fuumetsu Shikigan? ¿Acaso había más niveles de Shikigan? No era el momento de hablar de eso. Miré a mi hermano, realmente estaba muy cansado de la técnica. Por suerte, solo quedaba el Líder y el que carecía de naturaleza elemental.

- ¡VEN A POR MÍ!

Dije en un tono de voz bastante grave, alto y decidido. Más bien, fingía esa valentía. No tenía nada que hacer. Sólo...hacer tiempo a mi hermano, dejarme golpear mientras y retenerle hasta llegar a mi límite.


LiderAnbu: Sechiku, vee a por el otro Shinobi. Está cansado, acabalo con tu perfecto Kenjutsu y Taijutsu.


¿Experto en Taijutsu y Kenjutsu? Mi hermano no podía aguantar mucho en ese estado.

- Por favor no mueras..

Sonreí falsamente y miré al Líder Anbu, el cual venía con las manos desnudas. Se abalanzó sobre mí y me empezó a dar una serie de combos brutales. Sus puñetazos y patadas eran demasiado rápidas, tanto como poderosas. De un último golpe, me lanzó a una montaña. Mi cuerpo quedó estancado ahí, abriendo un boquete considerable.


Líder Anbu: Terminaré con esto. ¡Katon: Kamui no Tsuki! ¡Fuuton: Tsurugi!


El Katon gigante venía a por mi, al cual se le unió el Fuuton, creando un fuego enorme. Venía a por mí, no podía hacer nada. Impactó de pleno y sentí como mi corazón dejaba de latir. Pero tenía que seguir, por mi hermano, al menos, aunque yo muera, hacerle sentir orgulloso, protegerle una vez sólamente. Hice presión y fuerza, cayendo al suelo. Entre el fuego y el humo, salí, lleno de sangre, con huesos rotos incluso y quemado.


Líder Anbu: ..¡Im-imposible!1


Mi aura incrementó de forma considerable, un aura algo grisácea cubría mi cuerpo.

- ¡MÍRAME, HERMANO!

Dije gritando alto, a la vez que miraba furioso a mi rival.

- Sólo hacía tiempo para acumular tú chakra...gracias por este regalo momentáneo.

El Líder Anbu se abalanzó a por mi hermano, ignorandome, tirándole una espada. Un escudo Fuuton se creó, rebotando la espada en el ojo del Líder Anbu. Un Katon rodeaba la zona del Anbu, implificandolo por el Fuuton, creando una enorme explosión. Por último, hice que el suelo temblara debajo de sus pies y que los pies de el fueran clavados y transpasados por la misma tierra.

Caí al suelo, por el gasto de chakra natural y manipulado. Aparte del dolor que sentía.


Líder Anbu: ¡Maldito mocoso! ¡NADIE ME HABÍA HECHO ESTO!


Apareció delante mía con una espada que iba en dirreción a mi ojo izquierdo.

- ¡¡¡Nisann!!!

Continué el combate, mi oponente se lanzó rápidamente contra mi a gran velocidad acertado varios golpes contra mi pecho y abdomen, haciendome retroceder. Al sentir la herida de mi pierna solté un fuerte jadeo.

- Mierda.. como puede una herida ocasionarme tantos problemas..

Suspiré mientras veia a mi oponente nuevamente a gran velocidad sobre mi.
Directamente miré la gran técnica que usó el Lider Anbu sobre mi hermano, estampandolo contra una montaña cercana a todo aquello. No podia moverse casi, mi cuerpo estaba casi paralizado, parecia que el Shuriken clavado no era algo común, llevaba un veneno paralizante que se activaba sobre el sistema nervioso.
Suponia que mi adversario iva acabar conmigo y cerré mis ojos, pensando que todo estaba perdido hasta que escuché gritar y suspirar unas palabras a mi hermano.

- ¡¡¡Nisann!!!

Reaccioné violentamente activando nuevamente mi Fuumetsu Shikigan a gran velocidad, abriendo mis ojos.
Justo en aquél momento mi oponente estaba a punto de acestar un fuerte puñetazo sobre mi cara y activé el Shikigan suspirando y jadeando rápidamente.

- Yomi no kuni..

El oponente desapareció en aquél mismo instante y rápidamente me teletransporte a mi mismo con él a la otra dimensión, volviendolo a usar una vez más, mientras escupia sangre por su gran densidad de Chakra apareciendo justo delante del Lider Anbu.
Aparecí justo con mis brazos abiertos delante de él y sentí como la espada del Lider se clavó en mi abdomen, jadeando volví a escupir sangre y retrocedí algo hacia atras. Sentia como el veneno me paralizaba todo el cuerpo, pero me negaba a aceptarlo y continuaba moviendome. Agarré fuertemente y firmemente con mis manos desnudas la espada del Lider clavandola más aún en mi acercandolo.

Lider Anbu: ¡¿Que coño haces?! ¡¡Esque quieres morir?!
- Si llego a morir.. te vendras conmigo.. ¡Al infierno!

Apartó al oponente hacia atras empujandolo varios metros, sacando la espada ensangrentada de su abdomen.

- ¡¡Este es el final!! ¡Amenonuhoko!

Un Chakra de color azulado rodeó las manos desnudas de Over, ocasionandole más sangre en su abdomen y escupiendo aún más.
Su pelo comenzó a agitarse rápidamente y el ambiente cambió por completo, en sus manos se forjó una lanza de Chakra. Su cuerpo y presencia hacia vibrar toda la naturaleza. Sus ojos cambiaron de color instananeamente. Y miró a gran velocidad al Lider Anbu. Saltó rápidamente en el aire a una velocidad que ni el Lider pudo sentir.

- Lider Anbu: ¡¿Pero que es esto?!

El lider lanzó varios Kunais, pero mi defensa era perfecta, el Chakra lo hacia impenetrable.

- Acabaré con esto de un solo golpe.. ¡Nadie pasará por encima de mi! ¡Nadie tocará a mi hermano menor!

Se lanzó sobre el Lider acestandole un fuerte golpe mortal, haciendolo desaparecer desintegrado en la nada. Al caer del salto, la lanza desapareció en sus manos y cayó al suelo de rodillas, suspirando y mirando sonriendo a su hermano, mientras su ojo y boca sangraba, junto a su abdomen.

- Se acabó todo enano.. se acabó..

Suspiró mientras sus ojos se apagaban..

No tenía palabras necesarias para explicar tal momento, tales sentimientos. Solo agarró a su hermano y le hizo apoyarse en el.

- Te llevaré...

Dije con un tono voz de dolor, muy dolorido pero aguantandome. Todo había llegado a su fin, ha terminado la misión.

Tras minutos caminando, llegamos a un río. Ese río era un tanto especial, le tumbó, dejándole descansar.
Estaba dormido supuestamente.

- Ya veo....

Agarré su brazo y hice que su dedo indice toque mi frente.